miércoles, 19 de junio de 2013

NUESTROS GOBERNANTES ENTREGAN LAS CIUDADES A JESUCRISTO


Recientemente han surgido en las noticias, discursos controversiales de funcionarios públicos, en los cuales se tocan temas religiosos. 

Por ejemplo, el pasado 10 de junio, la Presidenta Municipal de Monterrey, del PAN, en un evento llamado "Monterrey ora", dijo: "Yo, Margarita Alicia Arellanes Cervantes, entrego la Ciudad de Monterrey, Nuevo León, a nuestro Señor Jesucristo. Para que su reino de paz y bendición sea establecido, abra las puertas de este municipio a Dios como la máxima autoridad. Reconozco que sin su presencia y su ayuda no podemos tener éxito real".

Asimismo, el pasado 20 de abril, en el Estado de Chihuahua, su gobernador, del PRI, expresó algo similar: Yo, César Duarte Jáquez, por este medio me consagro a mí mismo, a mi familia, a mi servicio público a la sociedad: pido al Sagrado Corazón de Jesús que escuche y acepte mi consagración, que me ayude y por intercesión del inmaculado corazón de María, le entrego a Dios y a su divina voluntad todo lo que somos, todo lo que tenemos en Chihuahua”.

De igual manera, el 27 de agosto de 2012, en Ensenada B.C., el Presidente Municipal, del PRI, manifestó lo siguiente: “Ensenada está viviendo un romance con Dios y claro que le doy las llaves de la Ciudad a Jesucristo” frente a una congregación religiosa en el evento “Oración por la Ciudad 2012”.

Las anteriores declaraciones han generado una serie de denuncias y reproches dentro de la misma clase política, pues se acusa que se violenta el Estado laico mexicano.

Independientemente de las razones políticas de fondo que llevaron a estos funcionarios electos a realizar este tipo de declaraciones religiosas, conviene analizar en que consiste la laicidad en nuestro sistema jurídico.

El artículo 40 de la Constitución[1], establece que la república mexicana es laica. Esto significa que las autoridades políticas no pueden adherirse públicamente a ninguna religión, y que las creencias religiosas no pueden influir sobre la política nacional.

Un Estado laico impide la injerencia de cualquier organización o confesión religiosa en el gobierno, ya sea, en el poder legislativo, el ejecutivo o el judicial. Asimismo, un Estado laico es neutral en materia de religión, por lo que no ejerce apoyo, ni oposición, a ninguna organización o confesión religiosa. Lo anterior, así está previsto en el segundo párrafo del artículo 3 de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público[2].

Cuando se exige que el Estado sea laico y que los actos de sus servidores también lo sean, significa que las decisiones políticas o jurídicas, no sean afectadas por las creencias religiosas de los servidores públicos, independientemente de si son o no creyentes de alguna religión. Su labor es como funcionario público, por lo tanto, sus decisiones son jurídicas y no religiosas.

Como ejemplo, en el 2008 hubo un escándalo político-religioso, en el cual se acusó al gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, de donar noventa millones de pesos a la Iglesia Católica, para la construcción del “Santuario de los Mártires”. Si esto en realidad sucedió, estamos ante un acto que viola el carácter laico que las decisiones de los servidores públicos deben de tener.

Ahora bien, regresando a las declaraciones religiosas inicialmente transcritas, ¿violan el Estado laico? La respuesta no es fácil, pero la podemos encontrar en el artículo 25 de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, el cual prohíbe a los servidores públicos “asistir con carácter oficial a ningún acto religioso de culto público, ni a actividad que tenga motivos o propósitos similares”.

Claro, dichos funcionarios podrán argumentar que no se viola el Estado laico, ya que las declaraciones las hicieron en eventos privados, no públicos u oficiales, o que fueron a título personal, no con el carácter de autoridad.

Resulta interesante que este tipo de casos no han llegado a los tribunales, por lo que no existen criterios judiciales para determinar con certeza si se violó o no la ley. Se trata de un tema que puede ser discutido por varios lados, ¿Cuál es su opinión?




[1] Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa, democrática, laica, federal, compuesta de Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior; pero unidos en una federación establecida según los principios de esta ley fundamental.

[2]El Estado no podrá establecer ningún tipo de preferencia o privilegio en favor de religión alguna. Tampoco a favor o en contra de ninguna iglesia ni agrupación religiosa.

2 comentarios:

  1. Da miedo. Es completamente necesario separar los poderes religiosos de los poderes políticos. En el pasado hemos vivido bajo el poder religioso y fue un desastre. Exigir que todo mundo sea de tu religión es un desastre. El Gobierno debe de ser justo con todos y la religión se debe practicar individualmente ó en conjunto con otros de tu misma religión. La religión debe ser libremente practicada no forzada.

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  2. Estoy de acuerdo con su comentario, pienso que los funcionarios públicos deben de abstenerse de realizar este tipo de declaraciones, las cuales quizá, tienen tintes de propaganda política. Muchas gracias por su opinión. Saludos.

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